NUESTRO PRIMER CEREBRO

La Investigación

Un estudio de la Universidad de Columbia de Estados Unidos, que se realizó con ratones, informa que fármacos neurotransmisores parecidos a la Serotonina aumentan la producción de nuevas neuronas en el intestino para el sistema nervioso entérico.

El gran descubrimiento, publicado por el The Journal of Neuroscience, sugiere que se pueden usar determinados fármacos para tratar a pacientes con desórdenes intestinales, causados por la ausencia o pérdida de neuronas entéricas, ya sea congénita o adquirida.

Esta es la primera vez que se demuestra que un tratamiento con fármacos relacionados con la serotonina «añade neuronas al sistema nervioso entérico adulto», indicaron los autores del estudio.

Teniendo en cuenta este resultado, «Es posible que los tratamientos con este tipo de compuestos puedan usarse en el futuro para ayudar a reparar un sistema nervioso entérico dañado o con un defecto congénito«, sin recurrir a procedimientos invasivos.

  • Es cierto que en nuestro intestino tenemos más neuronas que en toda nuestra médula espinal.
  • Es cierto que en nuestro intestino se forma el 95% de un neurotransmisor muy famoso llamado Serotonina.
  • Es falso que esta Serotonina pasa la barrera de protección del cerebro y modula nuestro estado de ánimo.
    La Serotonina intestinal no pasa la barrera hematoencefálica, aunque indirectamente sí que puede tener un efecto en la modulación central (cerebro).
  • No es correcto llamar a nuestro intestino: el segundo cerebro, sino el Primero.

La embriología es la rama de la biología que se encarga de estudiar la morfogénesis -el desarrollo embrionario y nervioso desde la gametogénesis hasta el momento del nacimiento de los seres vivos-.

Pues bien, dentro de la formación del embrión hay un proceso llamado gastrulación. Éste consiste en la creación de los diferentes sistemas que conforman al ser humano a través de tres capas:

  • El ectodermo, del que saldrá el sistema nervioso y la dermis.
  • El mesodermo, del que saldrán el aparato músculo-esquelético, el sistema renal y reproductor y el sistema cardiovascular.
  • El endodermo, del que saldrá el aparato gastrointestinal.

En el ectodermo se diferencian las llamadas crestas neurales, que van a migrar hacia el endodermo. ¿Y sabéis qué? Estas crestas neurales formarán el sistema nervioso entérico, es decir, la red neuronal de nuestro aparato digestivo.

El cerebro abdominal tiene 2 misiones fundamentales:

  1. Supervisar todo el proceso de la digestión, desde los movimientos peristálticos, la secreción de jugos digestivos para digerir los alimentos, la absorción y transporte de nutrientes y la eliminación de los productos de desecho.
  2. Colaborar con el sistema inmune en la defensa del organismo.

¿Entonces el intestino controla más al cerebro que el cerebro al intestino?

En los últimos años se ha visto que la comunicación del intestino hacia el cerebro es mucho más intensa, ya que hay un mayor número de fibras que comunican en esa dirección.

Desde siempre hemos experimentado cómo alteraciones emocionales y cuestiones psíquicas, repercuten a nivel intestinal, como la sensación de «no aguanto a esta persona», «no la trago», o cómo cuanto estoy triste pierdo el apetito.

El intestino registra emociones: como si fuese un pequeño cerebro, contiene una red neuronal muy compleja, que no piensa, pero se comporta como un «órgano sensorial». El cerebro interpretará la información que le envía el intestino de acuerdo con nuestro estado de ánimo y a nuestro entorno.

  • Respetar las señales que nos manda el cuerpo, no suprimir las necesidades naturales de ir al baño ni tener prisa mientras estás.
  • Crear un ritual e intentar repetirlo todos los días, alrededor de las mismas horas, con calma y tiempo suficiente para poder vaciar bien el vientre y sentirse ligero y limpio por dentro.
  • Insistir, repetir y seguir entrenando tu cuerpo para que responda a tu ritual y crear un firme reflejo condicionado.
  • Beber 2 litros de líquidos al día, ingerir por lo menos 400 g de verdura variada cada día, no olvidarnos de las legumbres (2-3 veces por semana, al menos 200 g en cada toma)
  • Consumir productos fermentados (yogurt, kefir, cuajada, chucrut)
  • Tomar fruta 3 veces al día y al menos 30 gr. frutos secos variados cada día.
  • Si no puedes cumplir con estas cantidades diarias recomendadas, quizás te podría convenir tomar suplementos naturales de fibra.
  • De vez en cuando (un día al mes o por semana) acelerar tu tránsito intestinal tomando mucho zumo de ciruelas, kiwis o kefir o/y suplementos de magnesio, y con eso te puedes asegurar una limpieza
    más profunda.

Tan importante es “lo que comes” como el “cómo lo comes”

Importancia de una buena alimentación para el segundp cerebro o cerebro intestinal, por SIS Escapadas Spa

¿Cómo comer?

  • Saboreando
  • Masticando
  • Con calma
  • Analizando los sabores y las texturas de los alimentos,
  • Siempre prestando plena atención en lo que estamos haciendo, sin realizar otras actividades simultáneas, como ver la tele o leer la prensa.

Los pensamientos negativos pueden provocar un atracón o un corte de la digestión y/o del apetito. Todos sabemos que el estrés, la ansiedad, la tensión emocional, afectan al sistema digestivo, mucha gente somatiza los problemas psicológicos y tiene molestias digestivas fuertes y variadas. Sin embargo, un sistema nervioso central que no se encuentra bajo la presión emocional ni el estrés crónico, y que recibe las adecuadas pausas y descansos, facilita una buena función al sistema digestivo.

En el libro “Salud Pura”, la Dra Irina Matveikova describe varios rituales y técnicas que ayudan a sincronizar y equilibrar nuestros dos cerebros y beneficiarnos de sus funcionamientos y potenciales.

¿Que actividad física debemos llevar a cabo para favorecer nuestra salud intestinal?

Lo más que le gusta a nuestro cuerpo es la previsibilidad y la regularidad. Con una actividad física rítmica y repetitiva, el cuerpo te lo va a agradecer y te proporcionará un magnifico bienestar.

No tienen tanto valor ni son saludables las actividades físicas esporádicas y bruscas como un ejercicio regularizado e incorporado firmemente a tu rutina.

Los movimientos y estiramientos, aunque sean muy sencillos y cortos en el tiempo (al principio, hasta que entras en la rutina y el gusto por ellos y les dediques más tiempo), si se realizan todos los días y a horas asignadas, te activarán todos los sistemas vitales y te asegurarán un bienestar a corto y largo plazo.

¿Cómo reequilibrar tu primer cerebro?

Tras descartar una posible infección o un proceso inflamatorio, que requiera tratamientos con especialistas. Puedes ayudar a su equilibrio con curas Detox, batidos verdes, consumo adecuado de frutas y verduras agua, suplementos minerales alcalinizantes y probióticos. 

CONCLUSIONES

El intestino es un órgano de una gran complejidad que desarrolla multitud de funciones conducentes al aprovechamiento nutritivo del alimento. Para ello cuenta, además, con una extensa población de microorganimos que colonizan la luz intestinal, y que obligan al intestino a desarrollar una potente actividad inmunológica, que defienda de ataques extraños sin comprometer su función, siendo muy notorio el papel que ejerce el sistema inmune innato para mantener esta homeostasis. Todas estas funciones se hallan reguladas por mecanismos nerviosos y endocrinos, destacando entre todos ellos el papel del sistema serotoninérgico. Este sistema serotoninérgico intestinal presenta la mayor parte de sus componentes en el epitelio de la mucosa y contribuye a la respuesta fisiológica del intestino y su regulación. Ambos sistemas, serotoninérgico e inmune innato se encuentran implicados en el origen y/o persistencia de las enfermedades inflamatorias intestinales. La producción científica generada en relación a la actividad inmunológica de la mucosa intestinal y a las alteraciones de la misma en las patologías inflamatorias intestinales, está siendo enorme en estos últimos años. He intentado por ello, desarrollar en esta disertación una pequeña parte del conocimiento vertido hasta el momento en relación a este tema, tratando asimismo de dar a conocer en su justa medida al sistema serotoninérgico, un importante componente implicado en la fisiopatología intestinal. No obstante no debemos pasar por alto, el papel primordial que desarrolla el sistema serotoninérgico en el sistema nervioso central, y cómo los resultados obtenidos en relación a la respuesta inflamatoria intestinal podrían suponer una interesante aportación a la hora de estudiar la respuesta inflamatoria en este sistema nervioso debida a las enfermedades neurodegenerativas. Importancia del sistema serotoninérgico en la fisiopatología intestinal Ana Isabel Alcalde Herrero.

Cada vez que comas un alimento, bebas un vaso de agua acuérdate que lo más importante no es tu cerebro, ni lo guay que es esa marca de comida rápida o esa botella de plástico donde va el agua que necesitas beber, lo más importante es la calidad de esos alimentos para que tu primer cerebro que es el intestino esté en la mejor forma para darte una vida saludable.

2 comentarios en “NUESTRO PRIMER CEREBRO”

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